Los antecedentes que se tienen de la leyenda ‘‘La llorona’’ se remontan a que tiene sus raíces en la mitología Azteca.
Una de las versiones asegura que ella es la diosa azteca Chihuacóatl, protectora de la raza. Cuentan que antes de la conquista española, una figura femenina vestida de blanco, comenzó a aparecer regularmente sobre las aguas del lago de Texcoco y a rondar por las colinas aterrorizando a los habitantes del gran Tenochtitlán, lamentándose con esta frase: "Ay, mis hijos, ¿dónde los llevaré para que escapen tan funesto destino?".
Otra de las adjudicaciones de los antecedentes de esta leyenda se da con la llegada de los españoles al Continente Americano y luego de la conquista de Tenochtitlan, en donde años después muere Doña Marina, mejor conocida como la "Malinche". Marina era una joven azteca que se convirtió en amante del conquistador español Hernán Cortés. Cuentan que esta era ‘‘La llorona’’ y que llegaba a penar del otro mundo por haber traicionado a los indios de su raza, ayudando a los extranjeros para que los sometieran.