Mitos y Leyendas guatemaltecas

martes, 14 de junio de 2011

El Hombre Que Vendió Su Alma

Cierta vez un hombre bueno pero infeliz decidió salir de apuros vendiendo su alma al diablo.
Invocó a Kizín y cuando lo tuvo delante le dijo lo que quería. A Kizín le agradó la idea de llevarse el alma de un hombre bueno.
A cambio de su alma el hombre pidió siete cosas una para cada día. Para el primer día quiso dinero y en seguida se vio con los bolsillos llenos de oro. Para el segundo quiso salud y la tuvo perfecta. Para el tercero quiso comida y comió hasta reventar. Para el cuarto quiso mujeres y lo rodearon las más hermosas. Para el quinto quiso poder y vivió como un cacique. Para el sexto quiso viajar y, en un abrir y cerrar de ojos, estuvo en mil lugares.
Kizín le dijo entonces:
-Ahora ¿qué quieres? Piensa en que es el último día.
-Ahora sólo quiero satisfacer un capricho.
-Dímelo y te lo concederé.
-Quiero que laves estos frijolitos negros que tengo, hasta que se vuelvan blancos.
-Eso es fácil- dijo Kizín.
Y se puso a lavarlos, pero como no se blanqueaban, pensó: "Este hombre me ha engañado y perdí un alma. Para que esto no me vuelva a suceder, de hoy en adelante habrá frijoles negros, blancos, amarillos y rojos".

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